Si has decidido dejar de llevar una vida sedentaria y empezar a correr después de los 30 para cuidar más tu salud, eso está muy bien. Pero si vas a empezar a practicar deporte es mejor que tengas en cuenta una serie de medidas para protegerte de posibles lesiones y te realizes una prueba de esfuerzo. Prevenir es mejor que curar.
No es lo mismo calzarse unas deportivas a los 30 o los 40 que a los 16, cuando el cuerpo es de goma y lo resiste todo. A partir de los 30 la musculatura decrece progresivamente, los cartílagos de las articulaciones se deshidratan y funcionan peor y la recuperación de un esfuerzo físico es más lenta. En consecuencia, el riesgo de lesiones de todo tipo, cardíacas incluidas, se dispara.
Puede que veamos a personas mayores que nosotros hacer deportes incluso de riesgo sin ningún problema, pero es casi seguro que se trata de gente que ha practicado deporte toda su vida, con lo cual los procesos degenerativos antes descritos son mucho más lentos. Porque entre otras cosas, el deporte nos ayuda a mantenernos jóvenes. Por lo tanto, si queremos salir a correr, jugar a pádel, hacer zumba o bicicross, te decimos qué debes tener en cuenta.
Consejos para empezar a correr después de los 30
- Asegúrate de que tu cuerpo está listo para practicar deporte
Si nos vamos a calzar las zapatillas deportivas y salir a correr nuestros cinco kilómetros diarios, por ejemplo, es muy recomendable que antes nos sometamos a una prueba de esfuerzo para asegurarnos de que nuestro corazón soportará picos de tensión arterial elevados.
Desgraciadamente, no son infrecuentes los amagos de infarto tras un periodo de ejercicio intenso por lo que es importante hacerse un chequeo deportivo. Si tenemos intención de tomarnos el deporte en serio para participar en algún tipo de competición -ya sean maratones, triatlones, torneos de pádel, etc.-, no está de más que nos hagamos un chequeo deportivo para medir nuestras capacidades y límites. De este modo podremos dosificar el esfuerzo y gestionarlo de manera que alcancemos nuestros objetivos evitando lesiones.
- Necesitas un equipo adecuado
Es cierto que antes la gente no miraba tanto qué calzado o qué vestimenta usaba para jugar al tenis, el fútbol sala, ir en bici, salir a correr o lo que fuera. Pero es que antes no era costumbre generalizada que los mayores de 30 hicieran deporte. En eso hemos ganado mucho en salud. Debemos apoyarnos sobre todo en el calzado adecuado, porque será el que amortiguará los golpes de nuestros pies contra el suelo, y no son pocos los deportes en que una o uno se pasa el rato saltando.
También es importante usar jerséis, camisetas o polos indicados, que absorban el sudor y dejen el cuerpo seco, sobre todo en deportes al aire libre, ya que así evitaremos los cambios bruscos de temperatura corporal. Y cuando se trate de ir en bici, nos aseguraremos de que compramos la que se adecua mejor a nuestras características y edad.
- Prepara tu cuerpo para el esfuerzo
Puede ser muy bonito y místico subir y bajar montañas, pero sin preparación, a determinadas edades puede costarnos un menisco o una lesión de espalda, amén de numerosos problemas musculares. Y lo mismo pasa con el running. Si vamos a hacer deportes que trabajarán nuestro tren inferior, es aconsejable apuntarse a un gimnasio para realizar una puesta a punto de la musculatura preceptiva antes de lanzarnos a conquistar el Karakoram o correr la maratón de Nueva York.
Si pensamos en trabajar el tren superior, por ejemplo practicando golf o esgrima, también deberemos fortalecer hombros, dorsales y pectorales. Y en todos los casos se aconseja un mínimo de ejercicios de mantenimiento semanales, de modo que la musculatura esté tonificada en su totalidad. Hay que tener en cuenta que el conjunto de los músculos de nuestro cuerpo son como las cuerdas de una raqueta: si están bien desarrollados, mantienen una tensión armónica que amortigua los impactos sobre las articulaciones. En caso contrario, seremos presa de las lesiones.
- Come de acuerdo con lo que vas a gastar
No pocas personas piensan que al hacer deporte, como muchas veces el objetivo es adelgazar, que lo mejor es comer menos o hacer una dieta hipocalórica. Pues resulta que lo hay que hacer es justo lo contrario: comer más y además meterse calorías en el cuerpo. Eso sí, las precisas y de las sanas. El objetivo es cambiar la grasa por músculo, que además de ponernos más guapas y guapos, nos ayudará a llevar mejor el esfuerzo y a recuperarnos mejor tras la sesión deportiva.
Es difícil saber qué es exactamente lo que más nos conviene comer para perseverar en el deporte que hemos elegido. Cada práctica y cada persona exigen unos nutrientes en un balance específico y una buena idea es ponerse en contacto con un nutricionista que nos diseñe la dieta adecuada. En las personas con sobrepeso, las intervención del nutricionista se hace casi necesaria, ya que pueden ver sus articulaciones afectadas por el esfuerzo.
- Aprende a practicar bien el deporte elegido
Antes de empezar, es imprescindible aprender a hacerlo bien. Cada deporte tiene su técnica y merece ser estudiada y aprendida. Cada técnica tiene su razón de ser, que no solo es alcanzar los máximos objetivos, sino también hacerlo sin castigar el cuerpo. Hay que saber coordinar la zancada cuando se corre, adecuar el pie al terreno cuando se baja una montaña o acomodar el torso cuando se hace un swing en el golf para no lesionar el hombro.
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